Nuestra huida de Marcus había sido
desastrosa, corríamos por entre los condominios, ocultándonos en los porches.
Destruimos un par de casas, ya que yo ahora no era la misma de antes, de cierta
forma los sentimientos de las personas ya no me interesaban. Lo único que
deseaba era poder marcharme de esa prisión llamada Marcus, para poder estar con
mi amado Isaac.
Anthony mi querido amigo desapareció ese día
entre los escombros de la explosión provocada por el mismo. No sé si volveré a
verle otra vez, la última vez que desapareció lo extrañe tanto que me duele en
lo más profundo del corazón recordar aquello, pero ahora es diferente,
estuvimos tan juntos y tan paralelos, que ahora siento que perdí a un hermano.
Después
de huir tomamos el tren hasta la última estación, procurando que nadie nos
siguiera, y ahí encontramos una casa a orillas de un lago. Mi primera impresión
del lugar no fue para nada acogedora, pero al estar dentro se abrió una nueva
emoción en mi corazón.
Al
anochecer luego de hablar con mi único amor de todas las atrocidades a las que
me habían obligado, terminamos muy cansadas recostados en la alfombra a orillas
de la chimenea. No sentíamos hambre de comida, sino hambre del otro. Por años
nos obligaron a estar separados, pero mi amor por él seguía intacto. Tanto
añore sus abrazos y besos que cuando nos besamos en ese momento, me sentí libre
por primera vez en años, cuando nos separamos nos miramos durante unos minutos
como reconociéndonos, le sonreí y el acaricio mi mejilla. La luminosidad del
fuego daba colores ocres a su oscuro cabello y sus ojos azul mar se encendieron
con pasión.
Lo tome por la camisa y lo jalé hacia mí, lo
besé con fuerza, su mano en mi nuca me obligaba a estar cerca de su cuerpo.
Lleve mis manos a su espalda apretando su carne y gimió exhalando su dulce
aliento dentro de mi boca, mientras su lengua pasaba por mi labio inferior. Nos
miramos deseosos de más y con la respiración agitada. Nos besamos nuevamente
mientras el posaba su cuerpo sobre el mío. El beso paso de ser delicado a
salvaje mientras nuestras lenguas se saboreaban al son de nuestra respiración.
Sentí su mano apretar mi cadera y jalarme hacia su cuerpo lo que me obligo a
levantar mi pierna y cruzarla con las suyas. Su mano subió lentamente por
estomago. Mi respiración se agitaba cada vez mas mientras sus manos
recorrían mi cuerpo. Tome su mano y la
lleve hacia mis senos. Lo que sentí fue tal, que lo voltee dejándole bajo mi
cuerpo, sentada sobre sus caderas solté la coleta que llevaba en el cabello y
me acerque para recorrer con mis manos desde su cuello bajando lentamente por
el abdomen y llegando a su entrepierna para sentir su sexo bajo de mi. Gruño
levemente y se incorporo para besarme en el cuello, me quito la camiseta de un
tirón y al verme solo con el sujetador me apretó contra su cuerpo, espere que
se separara de mi para tomar la camisa leñadora que llevaba y de un tirón sacar
todos los botones, sin dejar de besarnos se la quito y la lanzo lejos. Beso mis
senos, mi cuello y mi jalo hacia su cuerpo sujetándome desde las caderas,
jugueteo con mi sujetador pero no lo quito.
Con su fuerza me
llevo a estar bajo el nuevamente y yo lleve mis manos a sus pantalones y los
desabotone y el hiso lo mismo con los míos, ambos reímos y nos quitamos nuestra
segunda piel para quedarnos solo en ropa interior. Nos observamos mientras él
yacía de rodillas frente a mí, tome su rostro y tiernamente lo atraje a mi
mientras me recostaba sobre la alfombra, entre mis piernas lo sentí y temblé,
ambos lo hicimos. Nuestros cuerpos temblaban mientras nos besábamos y sentí su
mano entre mis piernas, sentí que mi corazón iba a estallar y exhalé todo el
aire de mis pulmones. Subió sus manos y quito mi sujetador, mientras deslizaba
su lengua y acariciaba mis senos. Tire de su ropa interior para que se la
quitara, lo hiso, pero no quise mirar más allá, lentamente quito mis bragas. Sabía
lo que venía a continuación, pero aun así
sentí miedo.
Lentamente lo sentí dentro de mí mientras
apretaba la piel de su espalda, nuestros movimientos se hacían cada vez mas rápidos,
exhalando con cada penetración, mi espalda se cuervo bajo su cuerpo, mordí mi
labio y lo hice sangrar, pero no dolía y sus labios se posaron en los míos
exhalando suavemente mi nombre.
Baje mis manos y
apreté su glúteos mientras lo atraía con más fuerza hacia mí, la velocidad
aumento y yo apenas si podía respirar, sentí que levitaba sobre la alfombra y
me sentí ajena al fuego que nos iluminaba, el calor de su cuerpo me llenaba
completamente, tome sus cabellos y los jalé hacia atrás, mientras mis piernas
se hacían cada vez mas inútiles, hasta que ya no sentí mis piernas y tras mis
parpados aparecían luces brillantes de todos los colores. Gemíamos sin miedo a
ser escuchados con una última penetración.
Isaac cayó sobre mi pecho, y yo lleve mis
manos a sus húmedos cabellos y acaricie su bella espalda. No controlábamos
nuestra respiración, hasta que sentí en mi estomago el palpitar de su corazón
desbocado.
_ No permitiré
que te alejen de mi otra vez, lo juro. _ dijo con voz entrecortada.
_ No me iré de
tu lado jamás._ susurre yo y lo bese en la cabeza.
_Te amo.
_ Y yo a ti. _
respondí cerrando mis ojos.-