viernes, 16 de diciembre de 2011

Para nunca olvidar...


  Nuestra huida de Marcus había sido desastrosa, corríamos por entre los condominios, ocultándonos en los porches. Destruimos un par de casas, ya que yo ahora no era la misma de antes, de cierta forma los sentimientos de las personas ya no me interesaban. Lo único que deseaba era poder marcharme de esa prisión llamada Marcus, para poder estar con mi amado Isaac.
  Anthony mi querido amigo desapareció ese día entre los escombros de la explosión provocada por el mismo. No sé si volveré a verle otra vez, la última vez que desapareció lo extrañe tanto que me duele en lo más profundo del corazón recordar aquello, pero ahora es diferente, estuvimos tan juntos y tan paralelos, que ahora siento que perdí a un hermano.

 Después de huir tomamos el tren hasta la última estación, procurando que nadie nos siguiera, y ahí encontramos una casa a orillas de un lago. Mi primera impresión del lugar no fue para nada acogedora, pero al estar dentro se abrió una nueva emoción en mi corazón.
  Al anochecer luego de hablar con mi único amor de todas las atrocidades a las que me habían obligado, terminamos muy cansadas recostados en la alfombra a orillas de la chimenea. No sentíamos hambre de comida, sino hambre del otro. Por años nos obligaron a estar separados, pero mi amor por él seguía intacto. Tanto añore sus abrazos y besos que cuando nos besamos en ese momento, me sentí libre por primera vez en años, cuando nos separamos nos miramos durante unos minutos como reconociéndonos, le sonreí y el acaricio mi mejilla. La luminosidad del fuego daba colores ocres a su oscuro cabello y sus ojos azul mar se encendieron con pasión.
  Lo tome por la camisa y lo jalé hacia mí, lo besé con fuerza, su mano en mi nuca me obligaba a estar cerca de su cuerpo. Lleve mis manos a su espalda apretando su carne y gimió exhalando su dulce aliento dentro de mi boca, mientras su lengua pasaba por mi labio inferior. Nos miramos deseosos de más y con la respiración agitada. Nos besamos nuevamente mientras el posaba su cuerpo sobre el mío. El beso paso de ser delicado a salvaje mientras nuestras lenguas se saboreaban al son de nuestra respiración. Sentí su mano apretar mi cadera y jalarme hacia su cuerpo lo que me obligo a levantar mi pierna y cruzarla con las suyas. Su mano subió lentamente por estomago. Mi respiración se agitaba cada vez mas mientras sus manos recorrían  mi cuerpo. Tome su mano y la lleve hacia mis senos. Lo que sentí fue tal, que lo voltee dejándole bajo mi cuerpo, sentada sobre sus caderas solté la coleta que llevaba en el cabello y me acerque para recorrer con mis manos desde su cuello bajando lentamente por el abdomen y llegando a su entrepierna para sentir su sexo bajo de mi. Gruño levemente y se incorporo para besarme en el cuello, me quito la camiseta de un tirón y al verme solo con el sujetador me apretó contra su cuerpo, espere que se separara de mi para tomar la camisa leñadora que llevaba y de un tirón sacar todos los botones, sin dejar de besarnos se la quito y la lanzo lejos. Beso mis senos, mi cuello y mi jalo hacia su cuerpo sujetándome desde las caderas, jugueteo con mi sujetador pero no lo quito.
Con su fuerza me llevo a estar bajo el nuevamente y yo lleve mis manos a sus pantalones y los desabotone y el hiso lo mismo con los míos, ambos reímos y nos quitamos nuestra segunda piel para quedarnos solo en ropa interior. Nos observamos mientras él yacía de rodillas frente a mí, tome su rostro y tiernamente lo atraje a mi mientras me recostaba sobre la alfombra, entre mis piernas lo sentí y temblé, ambos lo hicimos. Nuestros cuerpos temblaban mientras nos besábamos y sentí su mano entre mis piernas, sentí que mi corazón iba a estallar y exhalé todo el aire de mis pulmones. Subió sus manos y quito mi sujetador, mientras deslizaba su lengua y acariciaba mis senos. Tire de su ropa interior para que se la quitara, lo hiso, pero no quise mirar más allá, lentamente quito mis bragas. Sabía lo que venía a continuación, pero  aun así sentí miedo.
  Lentamente lo sentí dentro de mí mientras apretaba la piel de su espalda, nuestros movimientos se hacían cada vez mas rápidos, exhalando con cada penetración, mi espalda se cuervo bajo su cuerpo, mordí mi labio y lo hice sangrar, pero no dolía y sus labios se posaron en los míos exhalando suavemente mi nombre.
Baje mis manos y apreté su glúteos mientras lo atraía con más fuerza hacia mí, la velocidad aumento y yo apenas si podía respirar, sentí que levitaba sobre la alfombra y me sentí ajena al fuego que nos iluminaba, el calor de su cuerpo me llenaba completamente, tome sus cabellos y los jalé hacia atrás, mientras mis piernas se hacían cada vez mas inútiles, hasta que ya no sentí mis piernas y tras mis parpados aparecían luces brillantes de todos los colores. Gemíamos sin miedo a ser escuchados con una última penetración.
  Isaac cayó sobre mi pecho, y yo lleve mis manos a sus húmedos cabellos y acaricie su bella espalda. No controlábamos nuestra respiración, hasta que sentí en mi estomago el palpitar de su corazón desbocado.
_ No permitiré que te alejen de mi otra vez, lo juro. _ dijo con voz entrecortada.
_ No me iré de tu lado jamás._ susurre yo y lo bese en la cabeza.
_Te amo.
_ Y yo a ti. _ respondí cerrando mis ojos.-
   

No hay comentarios:

Publicar un comentario